Tras unos días sin escribir por tener poco tiempo y después de 3 fines de semana intensos con carreras, voy a empezar por resumir la carrera de la media maratón de Barcelona.
Este año tenía en mente realizar 3 medias maratones, la de Barcelona, la de Madrid y la de Zaragoza. La primera cita era en Barcelona, el 14 de febrero.

Recorrido del circuito:
Desde
hace dos ediciones, el circuito, según dicen todos los expertos, está
preparado para volar. Si nos fijamos en el plano y en la altimetría, se
podría pensar que sería rápido y bastate cómodo. Había en principio dos
cosas a tener en cuenta antes de comenzar: la primera, el número de
corredores en la salida, mas de 16.000, que podría atascar la primera
parte de la carrera, y la segunda, la posibilidad de que hubiese viento
en las zonas abiertas.Los corredores de referencia o últimas liebres llevaban el globo de 2 horas. No había liebres de 2:10 como hubo en la media maratón de Zaragoza, así que la referencia de 2 horas era un objetivo muy exigente en esta primera media del año. Esto hacía que tuviese que seguir un ritmo constante de aproximadamente 5,40 min/km. En la última tirada larga de entrenamiento que corrí la semana anterior a la media, hice 15 km tranquilamente con un ritmo medio de 5,52 min/km, yendo por tierra y con bastantes desniveles, así que creía que podría hacerlo mejor corriendo por cemento al menos hasta llegar a los 15 km. A partir de ahí vendría lo desconocido.
Tenía pues pensado hacer un ritmo constante de carrera de 5,40 min/km, siguiendo más o menos la liebre de 2 horas. Lo que tenía que hacer es ir adaptándolo a las situaciones que fuesen surgiendo como pequeños atascos o variaciones del recorrido que tenía memorizado. En algunos momentos se me iría un poco el tiempo y en otros podría apretar un poco más. El plan era correr a un ritmo constante y por sensaciones e intentar acelerar en los últimos 5 km si era posible.
El inicio de la carrera sabía que sería complicado pero fue más problemático de lo que pensé. Salir en medio de 16.000 corredores hace que aunque quieras no puedas correr. Salimos andando durante un buen rato, así que me centré en ir con cuidado y no llevarme a nadie por delante. Poco a poco fui poniéndome a ritmo. Había zonas más estrechas de lo que el paso de carrera permitía, sobre todo en las curvas, con lo que el atasco fue considerable.
Primeros 5 km:
Esta primera parte de la carrea fue un poco agobiante. Confluyeron varias circunstancias que hicieron que fuese mas despacio de lo que hubiese querido. Casi todo el rato iba atascado detrás de los corredores porque no podía adelantar facilmente. Mientras tanto, el corredor de referencia de las 2 horas se me iba escapando aunque no lo perdía de vista. Otra circunstancia es que los primeros km eran en subida, por lo que lo más prudente fue afrontarlos con calma para no desfallecer luego. Realmente como la subida fue al principio de la carrera casi no la noté. Así que en estos primeros kilómetros acumulé un poco de retraso. No me preocupaba mucho porque sabía que luego podría recuperarlo a lo largo del recorrido, todavía quedaba mucha carrera por delante. Aproveché el km 5 para beber un poco de agua en el avituallamiento, sin detenerme. No tenía sed porque no hacía calor, pero que tenía que hidratarme bien.
KM 6-10:
Llegó un momento en que la carrera se desatascó y pudimos correr con mas alegría. Además, ya había calentado la musculatura de las piernas y era el momento de recuperar tiempo. Encontré un buen ritmo constante y pude arañar unos cuantos segundos. Fui aumentando el ritmo sin obsesionarme y me sentía bien. Iba detrás a muy poca distancia de la liebre y eso me animaba. Mi idea era seguir así hata el km 16 o 17 y en ese momento acelerar confiando en que todavía me quedasen fuerzas suficientes. En el km 10 tomé un gel de hidratos de carbono con cafeina, aprovechando el avituallamiento. No me sentía cansado pero quería mantener el ritmo. Había numerosos puntos de animación repartidos por todo el circuito donde la gente nos estaba
dando siempre aliento a los corredores que recorriamos las calles de la
capital catalana y eso hacía que fuesemos rápido.
Km 11-15:
Todo iba según el plan, manteniéndome cerca, a pocos metros de la liebre de 2 horas. Quedaba la mitad de la carrera y me sentía bien. Entonces ocurrió lo que no imaginaba. Era el km 11 más o menos. Iba corriendo siguiendo con la vista a la liebre pero estaba molesto por el sol. Me di cuenta que a mi izquierda había un carril a la sombra y pensé en pasarme allí para correr más tranquilo. En el momento de pasarme, no vi en el suelo esas gomas que hay para separar los carriles bici de la calzada. Tropecé con una de ellas y me fui al suelo de golpe. Fue tan brusco que no me dio tiempo casi ni a poner las manos para amortiguar la caída. Rodé por el suelo y me golpeé las manos, los codos y las rodillas. Me levanté todo lo rápido que pude gracias a un corredor que se paró a ayudarme. Me hacía bastante daño la rodilla derecha y sobre todo las muñecas y entonces pensé que la carrera se había acabado. Comencé a trotar despacio y vi que podía seguir. Otro corredor me ofreció agua para limpiarme la sangre que llevaba en las dos manos. El compañerismo que existe en estas carreras es tremendo, muy bonito. Me preguntó que qué tal estaba y le dije que bastante bien dado lo aparatoso del tropezón. Cuando levanté la vista, vi que la liebre se había alejado ya mucho. Poco a poco intenté ir recuperando el ritmo que llevaba antes de la caída y cuando vi que podía seguir corriendo a ese ritmo, decidí aumentarlo para intentar coger a la liebre que se me había escapado. Cuando llegaba al km 15 casi lo había conseguido, me faltaban pocos metros. Aproveché el avituallamiento del km 15 para recuperar fuerzas y beber un poco.
Km 16 al final:
Me tomé un pequeño suplemento de hidratos de carbono en forma de gominola e intenté aumentar la velocidad. Imposible, ya no podía seguir al mismo ritmo que antes. La liebre se fue alejando poco a poco y yo me quedé aislado mientras los demás corredores me iban adelantando. Ahora estaba ocurriendo lo contrario a los primeros 15 km cuando era yo el que iba adelantando corredores. En este momento me adelantaban a mi. Fue un momento muy malo, de decepción, porque me daba cuenta de que ya no podría conseguir el objetivo de acabar en menos de 2 horas. Se me pasaron varias cosas por la cabeza, una de ellas abandonar, porque me sentía realmente mal, muy cansado y todavía faltaban 6 km para terminar.
Los últimos 6 km fueron muy duros, sin fuerzas, con dolor en las muñecas, en la rodilla derecha, sin ánimo y con algún calambre en las piernas. Todo el esfuerzo anterior me estaba pasando factura. Y aquí es donde los corredores dicen que empieza la media maratón, en los 6 kilómetros finales. Todo lo anterior es solo calentamiento. Y es también donde dicen que se forja realmente el carácter, cuando la mente tiene que ser fuerte porque es lo único que te queda. Ya no te sirven las piernas, solo te queda la cabeza para llegar.
Bajé mucho el ritmo y pensé en terminar lo más decentemente que fuese posible la carrera. En esta última parte del circuito, en la zona del Litoral, el viento soplaba fuertemente de cara, con lo que encima tenía este problema por si no era ya bastante con el cansancio físico. Cuando faltaba un kilómetro más o menos para llegar a meta, llegó un repecho corto de unos 300 metros que era la gota que colmaba el vaso. Se me estaba haciendo eterna la parte final de la carrera.
Recta final y entrada en meta:
Recuerdo al público animando detrás de las vallas con el Parc de la Ciutadella al fondo y el Arco de Triunfo esperando detrás de la meta. Fue muy emocionante llegar así con toda la gente aplaudiendo. Un final y una llegada a meta preciosos.
Mis conclusiones:
Es muy importante llegar bien entrenado para que esos km finales no sean una tortura, conocerse bien e intentar ir con un ritmo constante y si se puede, ir de menos a más. Es en los últimos kilómetros donde se puede perder todo lo conseguido en los primeros 15 km. Por lo que hay que intentar guardarse alguna bala para el final.
Creo que hice bien bastantes cosas, como el descanso, la alimentación, la hidratación. Aun me hace falta acertar con los geles o las gominolas de los hidratos de carbono durante la carrera. Una sospecha que tengo es que aparte del esfuerzo que tuve que hacer por recuperar el tiempo perdido después de la caida y que al final pagué, el gel me hizo un efecto contrario al que yo quería, porque la bajada de fuerzas fue muy brusca. De eso hablaré otro día porque la alimentación y los suplementos durante la carrera es un tema muy interesante.